Citrato

El citrato es uno de los inhibidores de la cristalización más estudiados [1]. Es también un hecho aceptado por muchos autores que los formadores de cálculos eliminan diariamente menor cantidad de citrato que los individuos sanos [2-9]. Aunque el desarrollo de la terapéutica con citrato es relativamente reciente, sus orígenes se remontan al siglo pasado; así, Sir Astley Cooper ya prescribía en 1826 un preparado a base de citrato potásico para el tratamiento de cálculos renales que probablemente eran de ácido úrico. El empleo reglado del citrato potásico en la profilaxis de la litiasis renal no se inicia sin embargo, hasta 1985, año en el que la Food and Drug Administration de U.S.A. aprueba el tratamiento con citrato potásico de pacientes con nefrolitiasis recidivante [10].


El efecto del citrato sobre la calculogénesis hay que atribuirlo a la combinación de tres aspectos diferentes. Por una parte el metabolismo celular del citrato conduce a la formación de ion bicarbonato que, como consecuencia de sus características básicas, consume protones (H+) a nivel plasmático, lo que conduce a una disminución en la excreción de los mismos y por tanto a una elevación del pH urinario. Como es bien sabido, el ácido úrico se insolubiliza para valores de pH urinario inferiores a 5.5. De esta manera, la elevación del pH urinario provocada por el ácido cítrico puede evitar la formación o redisolver los cálculos de ácido úrico y también evitar la formación de cristales de ácido úrico que podrían actuar como nucleantes heterogéneos muy efectivos del oxalato cálcico, induciendo a la formación de este tipo de cálculos. Sin embargo, esta elevación del pH urinario debe controlarse cuidadosamente porque puede conducir a valores próximos a 7, donde pueden insolubilizarse diferentes fostatos cálcicos (brushita, hidroxiapatita) que, o bien pueden formar cálculos por sí mismos o actuar también como nucleantes heterogéneos del oxalato cálcico.


Un segundo efecto protector del citrato sobre la calculogénesis hay que atribuirlo a su capacidad para formar complejos solubles con el ion Ca2+. La formación de estos complejos en la orina implica una disminución de la cantidad de ion calcio que se encuentra libre en este medio (del orden del 20%) y como consecuencia disminuye la sobresaturación (fuerza impulsora de la cristalización) de cualquier compuesto insoluble de dicho ion en orina, sea oxalato o fosfato. Evidentemente esta reducción es tanto más importante cuanto mayor es la concentración de citrato y menor la de calcio, de manera que para relaciones citrato/calcio elevadas puede llegar a ser considerable.


Finalmente, el tercer efecto del citrato sobre la calculogénesis hay que atribuirlo a su efecto inhibidor de la cristalización de los oxalatos y fosfatos cálcicos. De hecho, la capacidad inhibidora del citrato sobre las sales cálcicas mencionadas no es muy enérgica, pero considerando que puede excretarse en concentraciones elevadas, esta acción inhibidora puede llegar a ser importante, sobre todo al actuar como inhibidor de la nucleación homogénea de los fosfatos y de la nucleación heterogénea del oxalato cálcico, ya que estas etapas son cruciales en la formación de los correspondientes cálculos.


Las dosis terapéuticas recomendadas varían entre 20 y 100 mEq/día y han demostrado una importante eficacia en el tratamiento de la litiasis renal asociada a acidosis tubular renal, en la litiasis cálcica hiperuricosúrica con pH urinario inferior a 5.5 y en la hipocitraturia-hipercalciuria. Como ya se ha señalado, durante el tratamiento con citrato es muy importante un control riguroso del pH urinario para evitar valores demasiado elevados que induzcan la precipitación de fosfatos cálcicos.

BIBLIOGRAFIA

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4.- Nicar MJ, Skurla C, Sakhaee K, Pak CYC. Low urinary citrate excretion in nephrolithiasis. Urology 21, 8-14, 1983.


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7.- Elliot JS, Ribeiro ME. The urinary excretion of citric, hippuric and lactic acid in normal adults and in patients with calcium oxalate urinary calculus disease. Invest Urol 10, 102-106, 1972.


8.- Hosking DH, Wilson JWL, Liedke RR, Smith LH, Wilson DM. Urinary citrate excretion in normals and patients with idiopathic calcium urolithiasis. En: Urolithiasis and related clinical research. Schwille PO, Smith LH, Robertson WH, Vahlensieck W (Eds.). Plenum Press, New York, 1985, 367-370.


9.- Conte A, Roca P, Gianotti M, Grases F. On the relation between citrate and calcium in normal and stone former subjects. Int Urol Nephrol 21, 369-373, 1989.


10.- Pak CYC. Citrate and renal calculi. New insights and future directions. Amer J Kidney Dis 17, 420-425, 1991.