El GREC y el programa de educadores familiares
El GREC es una asociación sin ánimo de lucro, que desde 1.987 participa en la comunidad con diversos programas socioeducativos. Entre ellos, el Programa de Educadores Familiares, que se inicia en 1.999 y está dirigido a familias en las que hay menores en riesgo de desamparo. Actualmente, el equipo se compone de una directora de programa y 23 educadores familiares, 2 de los cuales, hacen además junto con la directora, funciones de coordinación.
Destinatarios
En convenio con diferentes administraciones, nuestra intervención se dirige a familias usuarias de los Servicios Sociales (SS.SS.) del Ayuntamiento de Palma y otros municipios, y familias del ámbito de actuación del Consell Insular de Mallorca (CIM), que tienen seguimiento por parte del Servicio de Protección de Menores (SPM). Familias, por tanto, en dificultad social que necesitan reforzar sus habilidades parentales para que los menores del núcleo familiar puedan desarrollarse de forma adecuada. No quedan excluidos del programa menores con discapacidades físicas, psíquicas o sensoriales ni menores con problemas de conducta, mientras puedan ser atendidos en el medio familiar
La intervención es de carácter intensivo, por lo que cada educador familiar tiene un máximo de cuatro casos simultáneamente.
Objetivo
El objetivo del programa es reducir la situación de riesgo de los menores atendidos a través del desarrollo de dinámicas que permitan un mayor bienestar de los miembros del sistema familiar, favoreciendo su integración social.
Tenemos en cuenta el ámbito de la familia y el ámbito del menor, si bien no los entendemos separadamente sino de forma integral. Por este motivo, nos planteamos objetivos dirigidos a los padres y otros adultos de referencia que pueda tener el menor en la familia (abuelos, tíos, hermanos mayores...) y objetivos dirigidos a los menores. Los objetivos pueden consistir en la toma de conciencia de su realidad, conocer el propio lugar en la dinámica familiar, tomar conciencia de sus dificultades y potencialidades, mejorar sus habilidades sociales, mejorar hábitos, participar en la comunidad, lograr una inserción social normalizada...
Metodología
Para alcanzar estos objetivos, las estrategias y actividades que realiza un educador familiar son muy diversas: visitas en el domicilio o acompañamientos, observación participante, hablar con los distintos miembros de la familia, facilitar que lleguen a acuerdos, establecer pautas de convivencia... informar y asesorar a los padres sobre las necesidades de sus hijos, ayudarles a asumir sus responsabilidades en la crianza... motivar a la familia para que padres e hijos compartan actividades, para que se muestren afecto... ampliar la red social de la familia... modelar, reflexionar y reforzar los cambios positivos...
La metodología que se plantea pretende en todo momento el protagonismo de la familia en el proceso de intervención, siendo ésta, junto con el educador, la que irá construyendo lo que se hace y el momento en que se hace.
En nuestra metodología de trabajo contemplamos tres fases de intervención: observación y vinculación, implementación del plan de intervención familiar y cierre.
Fase de observación y conocimiento mutuo.
Como toda intervención socioeducativa, requiere la voluntad y aceptación del profesional por parte de la familia, más aún si cabe en este caso, pues nuestra intervención es intensiva (8h de dedicación semanal a cada familia) y se desarrolla fundamentalmente en el domicilio. Es una característica del programa la dedicación de hasta 4 meses para observar la realidad familiar y contactar con los profesionales y servicios relacionados con el caso (además de SS.SS. y el SPM… escoletas, escuelas, Institutos Enseñanza Secundaria (IES) y Equipos Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP), actividades extraescolares y de tiempo libre, psicólogos, pediatras, psiquiatras y otros médicos especialistas...). Se trata de tener una aproximación a la situación psicosocial, para poder detectar los factores de riesgo y potencialidades del menor y su familia, así como para establecer el vínculo educativo con los distintos miembros del sistema familiar, que permita promover cambios que mejoren la vida cotidiana de los niños. De esta fase de diagnóstico, depende por tanto en buena medida, el desarrollo de las fases posteriores.
Esta fase finaliza con la elaboración de un informe de observación en el que se valora la situación familiar y, los factores de riesgo y los factores de protección del menor. El informe puede concluir con una propuesta de cierre de la intervención si no se detectan factores de riesgo en el menor o si se valora que no es posible realizar un proceso socioeducativo con la familia. Habitualmente, si no se dan estos casos, el educador adjuntará al informe de observación un plan de intervención familiar.
Uno de los riesgos en esta fase es que el educador no se mantenga en una distancia óptima con la familia. Podemos sin darnos cuenta, excluir a un miembro de la familia (por ejemplo, el padre que trabaja fuera y no está en el domicilio cuando hacemos las visitas), establecer una alianza (por ejemplo, la madre que nos habla mal del padre y va formando nuestra visión de él sin que nosotros contrastemos la información), sobreproteger a la familia (por ejemplo, acompañando y sustituyendo en gestiones que son capaces de hacer sin nosotros)... El trabajo coordinado con el equipo del caso y las revisiones de casos con el coordinador y con el equipo de educadores familiares nos ayudan a corregir estas desviaciones. Otros instrumentos que utilizamos para sistematizar la observación y poner en cuestión nuestra subjetividad son el registro de las visitas y la posterior revisión de los registros aplicando las “Escalas de bienestar infantil” de Magura y Moses (De Paúl y Arruabarrena, 1998) y la “Guía de valoración de competencias parentales” de Barudy (1999). Ambas miden el grado en el que están satisfechas las necesidades físicas, psicológicas y emocionales que hay que cubrir en todo niño para garantizar un desarrollo sano y evalúan las condiciones necesarias para posibilitar el éxito del proceso socioeducativo (conciencia de problema, colaboración...).
Fase de intervención
Las problemáticas más habituales en las familias atendidas en el convenio con Servicios Sociales de Palma en 2008 han sido: falta de normas y límites de las figuras parentales hacia los menores (63%), dificultades económicas (57%), falta de apoyo social (47%) y deficiencias en la estimulación de los menores (46%). En esta fase, se pone en marcha el Plan de Intervención Familiar, que respondiendo a la problemática diagnosticada, consta de: objetivos generales y específicos, estrategias para lograr cada objetivo, actividades y temporalización. La propuesta de intervención es global e integral y tiene como principio centrarse en el respeto escrupuloso de los derechos del menor y de las familias, prevaleciendo el interés del menor en caso de conflicto.
La duración de esta fase depende del ritmo de cambio y evolución de cada caso. Si al realizar esta evaluación concluimos que se han alcanzado los objetivos, podemos plantear el cierre de la intervención o bien, plantearnos nuevos objetivos, en caso de que sigan existiendo indicadores de riesgo que ameriten la continuidad del acompañamiento del educador familiar.
Uno de los riesgos en esta fase es que la intervención se cronifique, cuando no se alcanzan los objetivos y vemos que se repiten en sucesivos planes de trabajo, cuando repetimos estrategias que no funcionan, cuando falta una red de profesionales que nos permita retirarnos con garantías para el menor... podemos llegar a ser un elemento de contención de las dificultades en la dinámica familiar y no de avance en la resolución de éstas. Para poder realizar una evaluación continua, los planes de trabajo tienen una temporalización de un máximo de 6 meses.
Fase de cierre
El educador y la familia hacen una valoración conjunta del proceso, enfatizando en los logros conseguidos y poniendo el acento en la familia como protagonista del cambio. Por otra parte, si quedan aspectos a trabajar, el educador y el resto de profesionales de la red, prevén las siguientes intervenciones o aplicación de nuevos recursos.
Copyright y todos los derechos reservados - ISSN: 1989-0966
Per citar l'article
“Forteza, F., Leal, M., Montaña, E.i Augusto, F. (2009). El programa de educadores familiares del GREC y su intervención en primera infanciaIN. Revista Electrònica d’Investigació i Innovació Educativa i Socioeducativa , V. 2, n. 1, PAGINES 75-80. Consultado en "http://www.in.uib.cat/pags/volumenes/vol2_num1/valobra-y-otros/index.html en (poner fecha) )”